Literature


El tardígrado

Los tardígrados u “osos de agua” son animales de poder, capaces de adaptarse a condiciones en las que otros organismos no lo harían: sobreviven al calor extremo o a temperaturas gélidas; a la radiación, al vacío y a la contaminación. Incluso pueden soportar golpes fuertes y la escasez de agua o alimento. Son aptos para resistir a estas inclemencias gracias a que entran en un estado llamado criptobiosis, en el que su cuerpo se deshidrata y encoge, convirtiéndose en una pequeña bolita inmóvil hasta que vuelven a recibir agua. Son casi inmortales y viven en cualquier parte del mundo.

Cuenta la leyenda que los tardígrados fueron presentados por un grupo de seres hechos de arena a un clan de nómadas en el desierto, cuando estos estaban a punto de desistir antes de llegar a su destino, para demostrarles que la humanidad es muy similar a estos animalitos, ya que también posee una gran capacidad de adaptación: puede ingeniárselas para sobrevivir a temperaturas extremas; habitar en toda clase de ecosistemas; resistir el hambre y la sed por largos periodos de tiempo y también resistir condiciones emocionales desgastantes. A diferencia del vacío espacial, el ser humano puede soportar el vacío existencial y sentimental de una sociedad que nos divide y nos vuelve más egoístas cada día, al recordar el poder de la unión, el amor, la empatía y el impulso de vivir para ejercer el derecho de disfrutar cada placer, grande o pequeño, en soledad o en compañía a diario. 


The tardigrade

Tardigrades or “water bears” are power animals, capable of adapting to conditions where other organisms would not: they survive extreme heat or freezing temperatures; radiation, vacuum and pollution. They can even resist hard knocks and shortages of water or food. They are able to withstand these inclemencies because they enter into a state called cryptobiosis, in which their body dehydrates and shrinks, turning into a small, immobile ball until they receive water again. They are almost immortal and can live anywhere in the world.
The legend tells that the tardigrades were introduced by a group of creatures out of sand to a clan of nomads in the desert, when they were about to give up before reaching their destination, to show them that humans are very similar to these little animals, since they also possess a great capacity for adaptation: they can manage to survive extreme temperatures; inhabit all kinds of ecosystems; resist hunger and thirst for long periods of time and also withstand emotionally exhausting conditions. Unlike the vacuum of space, human beings can endure the existential and sentimental vacuum of a society that divides us and makes us more selfish every day, remembering the power of union, love, empathy and the impulse to live to exert the right to enjoy every pleasure, big or small, in solitude or in company everyday.

Published in Mar de Histerias, Issue No. 2, April, 2024. Tale, translation and illustration by Blackineel.


Bosque 13

Todos los árboles permanecen erguidos, aunque todo se derrumbe a su alrededor, aunque el ambiente sea hostil, aunque algunos de ellos se retuerzan y tengan que extender sus raíces hasta el último rincón en busca de agua.

Los árboles comunican sus emociones con los demás tomándose de las manos-raíces, sin preguntarse quién es el otro; saben que pertenecen a una totalidad poderosa que va más allá de los prejuicios. Crean conexiones profundas que son invisibles a la comprensión y mirada humanas. Conexiones que perduran, aunque afuera, en la superficie, todo se esté derrumbando y el amor se haya agotado entre el frío e infértil gris cada vez más invasivo del asfalto, el capitalismo, el consumismo y la guerra. Raíces que generan reservas de unidad y cariño, redes de lo que es verdaderamente valioso en la tierra más allá de los bienes materiales.

Los árboles mueven sus ramas expresando alegría y plenitud, y aunque tú piensas que el aire es el que las agita, es su movimiento colectivo el que produce el viento. Mueven sus ramas para expresarse y danzar en comunión aunque todo alrededor se esté derrumbando.

Hojas, ramas, troncos y raíces esquivan los portales mundanos que pueden distraerlos. Saben bien hacia dónde dirigirse sin titubear. Quizás porque no tienen ojos que puedan atraerlos hacia placeres banales, hacia la luz de lo que brilla, pero no es el oro de los rayos solares que los alimentan. La savia sabe hacia dónde fluir, convertirse en río y nutrir todo a su paso.

Los árboles comunican su conocimiento a los pájaros que se posan sobre sus ramas. Ellos se toman el tiempo de recibir, escuchar y transmitir ese conocimiento a través de su canto, mientras que los humanos sólo han decidido capturarlo y usarlo como ornamento en lugar de comprenderlo y atesorarlo; aunque también pueden lograrlo si se atreven a abrazar sus troncos con paciencia, adentrarse en ellos y captar ese saber y contención emocional con el corazón entero.

Todos los árboles permanecen erguidos aunque estén muriendo por dentro. Ocultan su corazón roto y blando como la carne cruda de un venado recién cazado, bajo la dureza de su tronco lleno de nudos que manifiestan el dolor, subyacente y apretujado, que comparten con otros árboles y que nosotros ignoramos por completo. Los árboles no necesitan fingir entre ellos que están felices.

Los árboles son un gran ejemplo de dar y recibir. Son talentosos alquimistas capaces de convertir la tierra, el agua y la luz en sombra, en deliciosos frutos, flores hermosas, hogares y vitalidad para otros seres vivos.

Los árboles permanecen erguidos y aparentemente quietos, pero son criaturas  que no le temen al cambio. Se transforman radicalmente en cada estación del año. Para ellos las estaciones son como irse de vacaciones y viajar y ningún invierno es igual a otro. Son seres estoicos que resisten el cambio sin poder moverse, sin lágrimas ni miedo.

Los árboles son inmunes al algoritmo. A través de sus redes de raíces son portadores de la intuición de la naturaleza que te da justo lo que necesitas y te lleva por los senderos que debes transitar; frente a la artificialidad ansiosa de la red de fibra óptica que predice tus acciones, te manipula y te consume para beneficio propio, para alimentar una máquina inmaterial y caduca al igual que la humanidad. Podemos imaginar ciudades con árboles hechos de bits que no requieran cuidados, pero los humanos desapareceremos antes que los bosques.

Presented at the “Inteligencia Orgánica” Fest by Sur Aural.